9.01.2006

Revienta que reventarás... y me lleno la boca con comida. Antes de tragar me hecho a los labios la copa de vino escarlata. "Algo no funciona..." pienso bajo luces de ansiedad. Mastico con la boca abierta, introduzco más alimento, y continuo masticando. Pequeños trozos de comida caen como lagrimas de San Lorenzo en una noche de verano. Sobre la mesa hay pasta italiana, hay sopa de calabaza, ensalada, verduras al vapor, pollo asado, cocido, cerdo y ternera a partes iguales, todo tipo de dulces. Aunque el orden para ingerirlos no tiene ninguna lógica, pues mezclo los postres con la carne. "Más vino!" grito con la intención de que un camarero rellene mi copa. El eco de mis palabras resuena en las paredes de mi mente "Algo va mal... algo va mal..." Siento un pinchazo en mi brazo... me enciendo un cigarrillo... aspiro hondo... mi mundo funde a negro. Noto mi cabeza sobre la mesa, es lo único que noto. Y después, nada.

3 comments:

Lautréamont ante el Océano said...

Qué bonito color el escarlata, que viste al vino tan bien y hace bajar los alimentos...Aunque, ¿porqué no parar de ingerir alimentos dañiños conociendo su naturaleza?
Tienes un destello masoquista...

Anonymous said...

Me estreno contigo en el mundo de los Blogs.
Y empiezo con el que se presenta más arriesgado de postear.
Cierto es que asusta ser espectador de la existencia de Jonas, pero da morbillo ir viendo como arrastra su jaula por el mundo.

Alex

Anonymous said...

Aaaaaahhh!... Es por eso que ya no vienes a COMER los viernes, nooo?...

Por eso estabas malo el viernes pasado, nooo?...

Maria