9.28.2006

Jonás vaga por las calles, húmedas de rocío vespertino, lleno de angustia. Sus ojos no andan bien, hablan el lenguaje de los sueños. Últimamente están fallando, no muestran aquello que se presenta delante de él. Más bien le ofrecen una versión mórbida de la realidad. Anda vagando por la ciudad en busca de una respuesta. No sabe lo lejos que está de encontrarla. Se cruza con una mujer que a tus ojos tendría 78 años pero Jonás la ve como a una niña de doce años. Luego aparece otra mujer de la misma edad, con los mismos resultados. Año arriba, año abajo. Más tarde aparece en su camino un grupo de niñas, colegialas de uniforme, mas su aspecto, para Jonás, es el de unas ancianas con carpetas que tapan sus pechos, faldas plisadas, dando saltos y gritos. Nada es lo que parece. Los hombres envejecen diez años cada vez que parpadea, los bebes son para él, esqueletos polvorientos en cunas muy pequeñas... Ahora a Jonás le atemoriza volver a casa. Teme con todas sus vísceras mirarse en el espejo.

3 comments:

Anonymous said...

CARPE DIEM hijo!

Anonymous said...

!SINIESTRO! ¿Pero por qué?

Mordijcos

David

Musaraña Rabiosa garras de acero Wong said...

porque voy de negro