4.20.2007

En la noche eterna del infierno, las llamas enrojecen el las mejillas de Antonio Block. A pesar del calor y de las penurias que ve en el infierno, su arrogancia patologica no disminuye, sino que crece como el Nilo. Cuidado Antonio no se te vaya a desbordar. Camina por la orilla del estigio mientras otras almas beben desaforadamente, intentando olvidar lo ya quedó escrito en el libro de su vida. Pero Antonio no, él no se arrepiente de nada. Camina con su saco como si fuera el Rey de estas tierras. Temerario como ninguno va metiendo todos los diablos que se encuentra en su saco. Más triunfos. Lo que no sabe es que pronto el saco estrá lleno, pues no se puede contener en ningún sitio la maldad, y su peso lo hundira en las aguas del infierno.

1 comment:

Le Chariot said...

Je, volvemos a Jonás eh? En fin, supongo que alternándolo con la logia, queda compensado.