8.30.2006

Por las noches cuenta los eslabones de la cadena que lo sujeta y encarcela. Les pone los mismos nombres cada día. -"este es el entrañable Pedro, que nunca llegué a conocer"- Mientras lo dice se frota el brazo sin apartar la vista de la cadena, molestado por una ulcera ya atemporal donde el hueso asoma por las grietas de la carne cuya piel hace mucho tiempo que ya no cubre. -"este se llama piedra y es la piedra que perdí en el camino" - sobre su frente vienen escritas, con llagas y cicatrices, las palabras ECCE HOMO.

8.25.2006

"Se me hunde el alma" repite Jonás en el parque. Sentado en un banco de madera antigua. El cielo gris huele a desesperanza. Las palomas picotean a su alrededor, no le temen, incluso se posan sobre su cabeza como si de una estatua se tratara (y quizás no estén muy equivocadas). "Se me hunde el alma" levanta la voz, mas no logra que pase por encima del piar de los gorriones. Una gota cae suavemente desde el cielo justo sobre su nariz, resbala todo lo largo hasta caer sobre su regazo. Él la mira con silencio resignado. Y Jonás grita a viva voz: "SE ME HUNDE EL ALMA". Empieza a llover. La gente corre de un lado para otro, recogiendo sus cosas y refugiandose en sus hogares. Nadie parece darse cuenta de su presencia. Ya viejo y consumido ha pasado a pertenecer al compartimento estanco de la vida. Rancio limbo.

8.19.2006

Entre las manos tengo un bloque de oscuro ébano. Duro como los pilares del tiempo. Con el buril en mano vacío, vacío, vacío y vacío. Vislumbro la Hipocresía y no me gusta. Martillo en mano vacío, vacío y sigo vaciando. Asoma la Amistad. Me consuela. Me seco el sudor de la frente y vacío, vacío, vacío y arranco, bajo los pedazos de madera, la Dependencia. Me angustio, me falta el aire y golpeo con más fuerza. Vacío, vacío, vacío... vacío compulsívamente. Vacío y creo ver el Alma, vacío pero no aparece. Vacío... solo vacío. Después de un rato solo queda vacío.

8.17.2006

Jonás se ha comprado un regalo para sus solitarias navidades. Lo ha envuelto con mimo y dedicación, momentos después de decorar un decrépito árbol de visible esqueleto y obscena desnudez. Hoy es noche Buena y el reloj canta ya las doce. Para Jonás la navidad durará este año 15 minutos, durante los cuales abrirá su regalo, comerá unas pastitas con té y desmontará el atretzzo hasta el año que viene. Ya es hora de abrir el regalo. Lo desenvuelve con el mismo cuidado con el que lo ha envuelto. Dentro, en lo más hondo y oscuro del paquete se encuentra su presente. Este año se ha comprado... PENITENCIA. Pero ¿por que? Jonás, y sobre todo ¿hasta cuando?